Se trata de que esta letra
destile algo más que palabras,
que haga sangrar espeso
o produzca nauseas.
Se trata de que esta letra
destile vísceras y carne,
y goteen los ojos espichados sobre ella,
porque esta letra también es asesina,
de vísceras tensas y dolor de espalda,
de sonido de rocola y sardinas enlatadas,
de palabras retorcidas dentro de este cuerpo
que salen a comer gusanos,
a causarles nauseas y acidez,
dolor de cabeza e hígado,
a mentar, cantar y rezar por una lluvia
de yunques y cabezas aplastadas,
canto de sirenas camino al hospital,
canto de ventanas abiertas,
de ojos espichados y caminos torcidos
porque también es torcida esta letra
y no hay cuestión sin un ¡Ay!
o un dolor innombrable
allá donde comienza el cuerpo a hacerse aire,
porque entonces no hay palabra,
ni letras, ni nauseas,
y podríamos vivir sin escribir poemas.