Fotografía: Mayrin Moreno

-De jugador de futbol pasó a ser poeta. Ennio Tucci ha escrito varios libros, entre los que se encuentran “Tiran piedra los niños”, “No se estacione”, “A quien hay que matar para vivir” y “Sin decir árbol”.  


La tarde cae entre árboles y paredes amarillas que se alzan con el sol en una tradicional casona colonial. Nuestro personaje, el poeta Ennio Tucci  nos saluda y nos trasmite su alegría y su pasión por la escritura.
Nacido en Mérida en 1986, pero con una historia particular en Falcón, Ennio Tucci, es  poeta, escritor y editor venezolano, promotor de la lectura y la escritura,  que ha echado raíces en esta tierra falconiana. Su primer cuento lo hizo en la escuela como casi todo el mundo, “me gustó mucho participar de eso, recuerdo que hice un cuento sobre una ranita”.
Sus inicios como escritor vienen después de la adolescencia. Ennio Tucci era un niño que le gustaba jugar como todos los niños y le gustaba mucho el deporte. Él vivió en Mérida hasta los 18 años y practicaba futbol, a los 14 años se lesiona y deja de practicar y como todo muchacho en la adolescencia que deja de hacer lo que le gusta o le obligan a dejar de hacer lo que le gusta, se deprime, con la depresión vuelve a una biblioteca pública que quedaba cerca de su casa y  empieza a pasar mucho tiempo allí: “comencé a leer otra vez, a escribir poemas, escribía cartas, notas y artículos, de alguna manera como dejando salir la crisis de la adolescencia; no fui un muchacho rebelde ni nada por el estilo sino más bien muy pegado a mi mamá, soy uno de esos muchachos que  llaman hijo natural que los cría su mama soltera, siempre traté de ser muy obediente, escribía muchísimo en las noches y así comencé a meterme en la escritura”.
A los 16 años se viene a Coro, su mamá se muda a esta ciudad, donde consigue trabajo, su abuela residía en Coro: “mi familia materna es de Falcón, yo vine de vacaciones, visité la Casa de la Poesía recién inaugurada en el año 2003, donde conocí al poeta Cesar Seco que me recibió y me puso a participar en un taller que estaban dando en la biblioteca, que todavía no era biblioteca, sino que era un salón donde estaba un señor canoso, bigotón, flaco que se llamaba Juan Calzadilla, yo no sabía ni quién era; bueno en ese taller descubrí otras cosas, otras formas de ver, otras formas de escribir y me fui para Mérida con todas esas ideas, me regresé a estudiar mi quinto año de bachillerato y empecé a escribir más, hice muchos amigos, en ese taller conocí a quien hoy es mi esposa y desde esa época hemos estado dedicados por entero a escribir, a leer,  al mundo de la literatura, al mundo de la poesía”.

¿Cómo asume la poesía Ennio Tucci?
-La poesía para mí está en el sentido que le damos a las cosas o las cosas que nos trasmiten algún sentido, por eso la vida está llena de poesía, porque el sentido de vivir es una de las cosas que mueve la escritura, la poesía para mí es eso, la vida está pegada a la poesía en torno a esos sentidos, a esos significados, a esas sensaciones que acompañan al acto de vivir. Sensaciones que unas no nos  gustan, otras son agradables, otras sencillamente preferimos olvidarlas y que al final la poesía termina capturándolas en su hermético lenguaje para quizás alquimizarlas de alguna manera, ese exorcismo que se le hace a las cosas, a los momentos de la vida para poder vivirlos o superarlos.

¿Cuántos libros has escrito?
-Tengo varios libros escritos, unos publicados, otros no publicados, otros no los voy a publicar obviamente, pero tengo varios, comencé con un libro que se llama “Tiran Piedras Los niños”, donde está el poema de Los niños que comen mango, El poema de la flaca, que son así como los poemas que más han gustado de alguna manera y hay un libro más o menos de la misma época que se llama “No se Estacione” que salió recientemente. Otro libro más reciente del año 2012 es “A quien hay que matar para vivir”, que tiene que ver con ese enfrentamiento del joven cuando sale al ambiente laboral, a ganarse la vida, a enfrentarse con ese mundo, que tiene que lucharlo, también está el más reciente, un libro que se llama “Sin decir árbol” que son esos poemas a mis ancestros que dice Galeano que pueden ser los que uno quiera, porque uno es el que elige  quiénes son.

¿Qué le apasiona a Ennio Tucci?
-Últimamente estoy escribiendo más sobre lo cotidiano y sobre el sentido de la vida porque en años recientes hemos perdido gente muy cercana, amigos, familia, los abuelos de mis hijas, esa pérdida ha motorizado la escritura hacia el sentido de la vida, el sentido de la existencia, del existir. Ahorita estoy escribiendo cosas más cortas, poemas muy breves, venía de escribir poemas de largo aliento, muy beligerantes, muy irónicos y bueno estoy como en esa etapa. De la escritura lo que me apasiona es producir una sensación en otra persona, trasmitir algo a otra persona y que la otra persona pueda sentirlo y pueda interpretarlo y pueda sentir lo mismo o algo parecido.
-En el Festival de Poesía reciente hablando sobre la crisis económica y todo el rollo, yo les decía que la poesía también está para eso, tiene que inventarse el poema para la gripe, el poema para el dolor de cabeza, el poema del chocolate, el poema de la guasacaca, cosas así que nos recuerden lo sabroso que es vivir y lo bello que es vivir.

¿La poesía es un sacerdocio o un compromiso de vida, qué sentido tiene la poesía?
-Verla como un sacerdocio es como una camisa de fuerza, verla como un compromiso de vida va más con una decisión propia. La poesía muchas veces no es una decisión sino es algo como que nos busca, que nos atrapa, que nos captura; somos gente distraída, somos gente que se distrae en pequeños detalles o en pequeñas palabras, en pequeñas frases y en esos espacios son donde encontramos campo de cultivo para crear, para escribir, para pensar, para construir un mundo, tal vez está más ligada a un sentido de vida, más que a un compromiso, el hecho de ser poeta sí es un compromiso porque es un compromiso no solo con la poesía sino con los seres humanos, con los demás. Pero cuando digo: yo voy a ser poeta, voy a escribir poesía, ese es un compromiso con la vida y con los demás.

¿Qué representa la palabra?
-La palabra es un artilugio creado por los seres humanos que nos permite construir y destruir en el aire, construir y destruir castillos en el aire, una forma de decir que podemos con una palabra golpear muy fuerte, destruirle los sueños a la gente, pero también podemos construir las fantasías más maravillosas y también podemos dar aliento. Es un artilugio que le ha servido a la humanidad para evocar su sensibilidad, evocar también su desarrollo, su crecimiento y al reconocer la voz del  otro esa palabra implica siempre la voz del otro, más allá de la voz tuya, de la posibilidad de expresarte que ya es esa o que ya viene contenida en tu palabra, también está la necesidad de escuchar la palabra del otro, de recibir la palabra del otro y de saber que va a llegar, que no eres tú el único que tiene que decir algo.

¿Cuál es el compromiso hacia el futuro de Ennio Tucci?
-Mi compromiso hacia el futuro yo creo que es ser feliz, lo más complicado en la vida es eso, yo creo que todos venimos a este mundo a ser felices. Mi meta es ser feliz, claro soy feliz y trato de serlo todos los días, pero mi meta hacia el futuro inmediato y eterno es tratar de seguir siendo feliz, seguir sonriéndole a la vida mientras pueda sonreírle, y  cuando tenga que llorar, lloraré de todo lo que tenga que llorar, porque eso tiene que ver con la vida, pero el compromiso es ser feliz viviendo al cien por ciento.

¿Qué le falta por hacer a Ennio Tucci?
-Uy un montón de cosas, ahora es que me faltan por hacer, me falta volar en helicóptero, me falta irme en un crucero por el Caribe. Faltan muchas cosas por vivir, realmente por hacer me faltan muchas cosas, en literatura, si hay metas personales también. Una meta profesional es el sueño con Ediciones Madriguera, de poder levantar mi propio sello editorial y tener alcance y dimensiones, pero en lo personal es ser feliz, hacer lo que me gusta y contagiar a los demás de optimismo, de buena vibra.

¿Qué le dirías a la humanidad, a los jóvenes?
-Para los jóvenes hay muchos mensajes, pero para los eternos jóvenes que es la gente que está viva, es importante que recuerde que vino a este mundo a vivir no a sufrir. Hay un amigo que me lo recordó recientemente, dijo que la literatura es para gozarla, no es para sufrirla, así que salga de eso, hay que vivirla para disfrutar la vida, para ser feliz, no creo que hay que dejarse atrapar por las burbujas de terror y de temor que muchas veces nos hacen difícil la vida. Un consejo para los eternos jóvenes es que traten de gozarse la vida todo lo que puedan sin hacerle daño a nadie, sin jugar con los sentimientos de nadie, pero siendo auténticos, tratando de vivir lo mejor posible, vivir viviendo como decía Chávez, es eso.


 Entrevista publicada en El Nuevo Semanario, edición del 04/03 al 10/03 de 2017.