…que el hombre se traga al hombre.
Jaime Sabines
Alguna vez también pusimos una lombriz al sol para ver cómo se asaba, el rosa brillante tornábase en ocre intenso y desaparecÃa el brillo de la vida. Pero, a diferencia de algunas personas, perdà siempre la apuesta de ponerla en mi boca y masticar.
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