Por Miguel Antonio Guevara
Como el paso del tiempo en vez de hacerlo a uno mĆ”s ducho en el asunto de dirigirse al pĆŗblico ha hecho todo lo contrario conmigo, decidĆ escribir unas breves palabras para compartir con el pĆŗblico asistente y asĆ no confiar en la traicionera oratoria.
Dice asĆ: ¿QuĆ© dicen las palabras? Apenas pueden entenderse. Si no trate de escuchar lo que dice aquel grupito de allĆ”, mientras la bocina del tren sigue y anuncia que las puertas se cierran, nos aguarda otra estaciĆ³n, siempre nos aguarda otra estaciĆ³n. Hoy no encontramos el periĆ³dico, todo el dĆa en su bĆŗsqueda porque nos llamĆ³ la atenciĆ³n el tĆtulo y ya a las 9:23 pm olvidamos el tĆtulo. Intentemos recordar el tĆtulo de hoy o tratemos con otra cosa, por ejemplo ¿quĆ© almorzamos hace tres dĆas?
¿Tanto asĆ importa? Parece que no prestamos mucha atenciĆ³n al dĆa a dĆa, o quien sabe si serĆ” el dĆa a dĆa que no nos presta mucha atenciĆ³n; esta maƱana recibĆ una grabaciĆ³n con la voz de Ennio, quien no podrĆ” llegar a la presentaciĆ³n de su libro, asĆ que nos envĆa sus palabras.
Hace un par de semanas presentĆ© No se estacione en la feria internacional del libro de FalcĆ³n, Ennio se acerca nervioso minutos antes y me preguntĆ³ que quĆ© pensaba decir de su libro, yo alcancĆ© a decirle que de ser persona este libro estarĆa en desacuerdo con presentarse.
No se estacione es una bitĆ”cora de la inconformidad, eso es lo que me parece, le dije,que arranca con el reclamo hacia aquellos apoltronados en la administraciĆ³n cultural, para luego hacer su voz colectiva en versos que suenan a manifiesto, hasta reflejar las bacinillas mediĆ”ticas y su dale que dale que intenta moldear la opiniĆ³n pĆŗblica, y asĆ mantener los miedos hechos medios y promover que cada quien, cual auto chocado se quede en el mismo sitio.
No podrĆa faltar, por supuesto, el poema para los amigos, tono que suena mucho en los poetas falconianos, ademĆ”s del poema de amor, el poema a la familia, que nos llevan de la rabia inaugural hasta un cierre lleno de ternura en el texto Yo no quiero hacerte triste.
Uno puede decidir si se queda todos los dĆas repitiendo las mismas tareas una y otra vez, en la espera del ir y venir del quince y Ćŗltimo, o se decide de una vez por todas a cambiar las cosas; esa serĆa una buena forma de resumir lo que dice Ennio en No se estacione, quien en plena beligerancia nos mete en este lĆo de hablar de un libro que no le agradarĆa ser presentado, y con todo y eso mantenernos alertas en cada esquina, sin estacionarnos, pues podrĆa saltar en cualquier momento el poema a cobrar venganza por decir este montĆ³n de cosas de sus palabras.
No estĆ” demĆ”s recordarle, querido lector(a), que puede buscar un ejemplar de No se estacione en la Red Nacional de LibrerĆas del Sur.
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Disponible en las librerĆas del sur...
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