Tomado de: http://escuelabolivarianapoderpopular.blogspot.com/2013/04/hordas-fascistas-de-capriles-asesinan.html

Por Ennio Tucci

Podría comenzar estas palabras afirmando que soy universitario de nacimiento, por haber nacido en un hospital público como el 80% de mis compatriotas, pero me sentiría realmente avergonzado de ello, debido a la falta de madurez, preparación y creatividad de los jóvenes universitarios de hoy. 
Analfabetas funcionales quemaron hospitales públicos donde todos los días atienden a buena parte de nuestros hermanos venezolanos de forma gratuita. Distribuyen medicamentos y realizan exámenes gratuitos, que en las clínicas pueden exceder el presupuesto de cualquier verdadero trabajador, que gane el mínimo para mantener a su familia. 
Sí, ellos, los que nunca en su vida han trabajado quemaron una decena de Centros de Diagnóstico Integral en varios estados del país. Sin contar los ataques a la diversidad de pensamiento con la quema de varias sedes del Partido Socialista. O el asesinato de quienes somos encontrados culpables de pensar distinto a ellos. O quienes incluso mojaron de gasolina y quemaron vivos,  temas que dejaré para otros artículos.
Acciones inconexas las de estos jóvenes. ¿Cómo relacionamos la quema de un centro de salud con una acción administrativa ante la decisión de un Poder Público (Poder Electoral)? Dicho sea de paso, un Poder Público que nada tiene que ver con la administración de salud en el país.
Y lo digo yo, que nací en un centro de salud pública: SIENTO LÁSTIMA POR ELLOS. Me produce una enorme pena observar su pobreza espiritual y su rencor hacia quienes nacimos en la base de la pirámide, entre los desposeídos, los desarrapados, los pobres. Los que sí nos hemos levantado a fuerza de trabajo, de madrugada y ayuno. Los que amamos a nuestras madres aún después del regaño, o aún después de la nalgada abrazamos y lloramos con nuestros padres. Los que podemos decir honestamente: AMAMOS A ESTA PATRIA, y por más nos nalguee no la vamos a destruir. 
Nosotros aprendimos a amar desde el dolor y pedimos la bendición a nuestros mayores para salir a la calle. Mientras ellos, los que se llaman defensores de la democracia, que violaron nuestro derecho al libre tránsito, nuestro derecho a la salud, al libre pensamiento y a la paz, en tantas oportunidades; dejaron a comunidades enteras sin asistencia médica y hoy sacan sus cacerolas. 
Cada vez que pueden, toman las cámaras y nos traen tristeza y odio, para luego salir irresponsablemente a decir: YO NO FUI, YO NO, NUNCA DIJE ESO, JAMÁS HE COMETIDO TAL COSA. No como el Comandante, un verdadero hombre con pantalones que se responsabilizó ante el país por sus actos y los actos de otros, incluso.
No me siento joven, soy demasiado MADURO para calificar en este canon. Ustedes, jóvenes inhumanos y verdugos, huérfanos de valores: su derecho termina donde comienza el del otro. Estudien más y dejen de ser tontos útiles.

*Poema "Manifiesto" de Víctor “El Chino” Valera Mora.